Angustiados y desesperados. Así se encuentran los propietarios y los empleados de bares que anoche protagonizaron una singular protesta en distintos puntos de esta ciudad y también de Yerba Buena. Sacaron las sillas y las mesas de sus locales a la calle, reclamando que el Comité Operativo de Emergencia (COE) les permita volver a atender a sus clientes dentro de los negocios. La actividad fue una de las más castigadas desde que se declaró la pandemia del coronavirus, en marzo pasado. El titular de la Unión de Hoteles, Bares y Restaurantes de la provincia (UH), Ernesto Gettar, había calculado que tres de cada 10 bares tucumanos tuvieron que cerrar sus puertas por la falta de actividad, lo que derivó en una crisis para los empresarios del rubro. El COE determinó que, en el marco de un retroceso de fase, las reuniones en el interior de esos locales comerciales no eran convenientes. Al respecto Gettar había dicho que esa decisión oficial derivaría en la suspensión de la cadena de pago y a la vez en más reuniones sociales y clandestinas, donde se originan la mayor parte de los contagios en la provincia. Anoche volvió a hacerse sentir la protesta de los dueños y de los trabajadores, con aplausos y carteles colocados en las mesas y sillas instaladas en calles y avenidas. De esa actividad depende el ingreso de alrededor de 12.000 familias. Como paliativo, el Gobierno otorgó la alícuota cero en el impuesto sobre Ingresos Brutos para los bares, restaurantes, heladerías, delivery, salones de fiestas y gimnasios.
Una protesta con sillas y mesas en la calle
Gastronómicos quieren volver a la actividad.